Desde siempre he sido el tipo de persona que no se ilusiona con el día de San Valentín.
Mi primer San Valentín con un novio fue lindo, me llevó 3 rosas: una roja y una azul. Me sentí muy especial, ya que esos colores eran los que más me gustaban (y me siguen gustando) usar.
Cuándo comencé a salir con otro muchacho, fue algo caótico así que nunca celebramos nada, y no me incomodó.
Cuándo duré sola por un tiempo comencé a apreciar lo bueno de la vida, y lo bueno de los amigos y que no hay que tener una fecha especial para celebrar ese amor hacia esas personas e incluso hacia uno mismo.
Decidí después de más de un año salir con un chico, muy amoroso y romántico. Yo le hablé de esos detalles que no son tan especiales si se hacen un día especial y lo entendió. Cada vez que podemos nos hacemos regalos, nos compramos dulces, vemos películas y hablamos.
Amar a alguien no es esperar una fecha, no es dar regalos porque es «obligatorio» sino porque nos nace. A cada uno que me lees, sea la fecha que sea, te amo y te deseo un muy feliz día.